Con sus inconfundibles cúpulas doradas, la Catedral de Alexander Nevski de Sofía es uno de los edificios más emblemáticos e identificativos de Sofía y es tambien el principal centro religioso de la capital.
La Catedral comenzó a levantarse a finales del siglo XIX y se finalizó en 1912. Es una muestra de la estrecha relación entre Rusia y el pueblo búlgaro a lo largo de la historia, ya que su construcción se hizo para conmemorar a los rusos caídos y la ayuda que prestó el zar Alejandro II de Rusia en la Guerra búlgaro-otomana (1877 – 1878) y que desembocaría en la posterior independencia de Bulgaria del Imperio Otomano.
El templo lleva el nombre de Alexander Nevski (1220 – 1263), que fue un gobernante del principado ruso de Novgorod, que fue una figura clave en la historia medieval rusa por su defensa del Cristianismo Ortodoxo frente a los ataques de los católicos, teutones y tártaros. Por todo ello, su figura es venerada como un santo en el mundo de la Iglesia ortodoxa.
La construcción del templo corrió a cargo del arquitecto ruso Pomerantsev y se inspiró en un estilo neobizantino, muy de moda en Rusia en ese período.
Cuenta con unas dimensiones de 72 metros de largo, 42 de ancho por 52 metros de alto lo que la convierte en una de las iglesias ortodoxas más grandes del mundo. Su sobrio interior está decorado con frescos y su cripta cuenta colección de arte antiguo búlgaro desde los siglos IV al siglo XIX y posee, además, una de las mayores y mejores colecciones de iconos ortodoxos.
- Horarios: visitas de 7:00 a 18:00 horas.